Reflexión de las jóvenes

A veces confundimos sexo con sexualidad ¿es lo mismo? Necesitaríamos que alguien nos lo aclarara.
Estamos muy influidas por nuestra educación, familia, religión y cultura, no nos lo tomamos todas por igual. Son respetables las creencias de todo el mundo pero creemos que en este tema muchas veces estamos condicionadas por el hecho de ser mujeres.
Nos da coraje ver como nuestra cultura y nuestra religión nos trata de modo diferente por el hecho de ser mujeres u hombres, es mucho mas tolerante y permisivo con los hombres que con nosotras.
El sexo no es malo pero tenemos demasiadas influencias y presiones sociales.
El sexo es un concepto tan amplio que no todas sentimos igual, ni tenemos las mismas necesidades, ya si hablamos de chicas adolescentes y de chicos adolescentes, creemos que no tenemos nada que ver.

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9 comentarios

  1. Si que creemos que hay muchas diferencias entre los chicos y las chicas y que la cultura y religion influyen mucho . Tenemos claro que si algo no queremos en una relacion de pareja, como en cualquier relacion, hay que decirlo y nos tienen que respetar así como nosotras a ellos.

  2. Estoy de acuerdo en que hay diferencias y esa es una constante en todos los aspectos de la naturaleza y también de los humanos, y esa es la gracia de la vida ¿alguien se imagina un mundo en el que fuéramos todos iguales? Hablando más en serio hay algo que nos une y que nos hace iguales independientemente del sexo, la cultura y la religión y es que como seres humanos todos, sea cual sea nuestra condición, tenemos los mismos derechos, todos somos iguales ante las leyes y somos como individuos, con independencia de la familia, país o cultura a la que uno pertenezca, gozamos de los mismos Derechos Humanos a los que tenemos que referirnos cuando alguien intente marcar una diferencia. En este aspecto todos somos iguales.

  3. El sexo es importante ya que sin el no existiriamos, el problema es que en las familias se ha convertido en un tema tabú y los adolescentes llegan a sus primeras relaciones con muchas dudas y preguntas.
    Estas dudas se pueden solucionar si los padres aprendieran a dar confianza a sus hijos para que pregunten sin miedo a ser juzgados.

  4. en europa hablar de sexo no es tabú como en latinoamerica que la gente es mas abierta y seria cuando se trata de sexo. cuando en latinomerica es todo lo contario, no pueden habla de sexo porque enseguida lo miran mal.

  5. El sexo es un tema que empieza a interesar cuando empieza la adolecencia. No todas las personas lo ven de la misma manera. Pensamos que ahora es más fácil acceder a él y antes no tanto por la mentalidad de la sociedad de la época.

  6. El sexo no es malo, pero tenemos que ver con quien debemos mantenerlo por que nunca sabemos si nos graban o no, tenemos que tenerlo con alguien de confianza y que sea demasiado maduro como para tenerlo , aunque en cada cultura es diferente & eso hay que respetarlo…

  7. Hola de nuevo.
    Voy a intentar aclarar algunas de las ideas que planteáis, muchas y muy interesantes.
    En nuestro entorno, como bien decís, hay bastante lío cuando se habla de aspectos relacionados con la sexualidad.
    Por ejemplo, la palabra «sexo» se utiliza con varios significados: para definir lo que soy («yo soy del sexo masculino»), para designar los genitales, diferentes entre hombres y mujeres («le toqué el sexo») y en las últimas décadas para señalar lo que se hace con esos genitales («¿cuándo se puede empezar a tener sexo?»)
    No es extraño entonces que no sepamos muy bien qué es realmente el sexo. Desde la sexología (ciencia que estudia LOS SEXOS) entendemos el sexo en su primer significado: LO QUE SOY, el resultado interminable de un proceso por el que (desde el momento de la fecundación hasta la muerte) cada uno y cada una de nosotras nos vamos construyendo como el chico o la chica que somos, de una manera única e irrepetible. Aquí incluiríamos nuestra identidad sexual: si me siento chico o chica (que no es lo mismo que tener pene o vulva). A ese proceso le llamamos «proceso de sexuación» o «proceso de diferenciación».

    Por otra parte está la SEXUALIDAD, que sería la manera en la que cada hombre y cada mujer se vive, se entiende, se acepta. Aquí incluiríamos las VIVENCIAS. Estas, evidentemente, son subjetivas, y están influídas por las normas, la moral, las costumbres,…, de la sociedad donde vivimos, de la familia a la que pertenecemos. Como bien dice algún comentario, no existen las mismas normas sobre lo que está admitido que haga un chico o una chica, en América o en Europa. No es lo mismo ser mujer en Afganistán que en Vitoria, en un pueblo pequeño que en una gran ciudad, en una familia muy conservadora que en una más liberal. Si soy homosexual en Gasteiz no me condenarán a muerte como puede suceder en otros lugares del planeta.
    Podemos decir que la sociedad, aunque influye muchísimo, no determina cómo me sienta yo (si fuera así, nadie sería homosexual, por ejemplo).

    Otro aspecto diferenciado del SEXO y la SEXUALIDAD es la EROTICA, que se referiría a lo que hacemos, a nuestras CONDUCTAS, a las que llegamos movidos/as por el deseo, buscando el placer, el amor,…. Aquí incluiríamos tanto las conductas invididuales (por ejemplo la masturbación) como los encuentros con el otro/a a quien deseo (caricias, penetración,…).
    También en este aspecto influye la sociedad, diciendo lo que se puede o no hacer, e incluso lo que se debe o no hacer. Por ejemplo, en nuestro entorno se le da una importancia enorme a la penetración vaginal, como si «follar» fuera lo mejor que se puede hacer (o incluso lo único).

    En resumen:
    – Sexo: lo que soy
    – Sexualidad: cómo me vivo
    – Erótica: lo que hago
    Así, todos los seres humanos somos diferentes, únicos, irrepetibles. Pero como dice Manuel, TODOS Y TODAS conlos mismos derechos y obligaciones.

    Para terminar, creo que es muy importante que nos conozcamos y nos aceptemos tal como somos. Si es así, es muy probable que cuando nos liemos o follemos lo hagamos porque realmente queremos y no porque pensemos que es lo que hay que hacer, asumiendo responsabilidades (por ejemplo usando condón), cuidando mi propia salud y respetando a mi pareja (aunque sea de una noche) .

  8. Si somos adolescentes los padres piensan que todavía somos pequeños para hablar del sexo o la sexualidad, que no entendemos nada y que no tienen que hablar de esto delante nuestro,pero este es el tema que mas queremos tratar y el que mas dudas nos trae, que ¿Por que a los hombres y a las mujeres no se les trata igual si se supone que tenemos los mismo derechos?.¿Por que la religión y la cultura influye el la sexualidad de las personas ?.Esas son preguntas que siempre que hablamos sobre este tema nos vienen a la mente y aveces no les preguntamos a los padres para no recibir un «no lo entenderás» o «eres demasiado joven» y por eso los padres son las ultimas personas en preguntarlas sobre este tema.

    1. Es cierto, a veces no es fácil hablar de sexo con nuestra familia. Unas veces porque para ellos y ellas es un tema complicado de hablar con sus hijos o hijas, incluso tabú. No tienen costumbre de hacerlo; no podemos olvidar que probablemente ellos no hablaron de todas estas cosas con sus padres. Por otro lado, a los padres y madres les cuesta darse cuenta de que sus “peques” han crecido y siguen viéndoles como a sus “niños/as” cuando ya no lo son. Hablar de todo esto supone comenzar a considerarles como personas adultas.
      Otra razón por la que a veces en las familias no se habla de sexo es porque creen que de ya tratan este tema en clase, piensan que cuando tienen alguna duda buscan la información en Internet o hablan de ello con sus amigos o amigas. Sea por lo que fuera, la sexualidad, el sexo, la erótica o las relaciones de pareja siguen siendo temas de los que no se suele hablar en el marco del hogar y muchas veces cuando se habla es en forma de interrogatorio y de forma negativa.

      ¿Por qué a los hombres y a las mujeres no se les trata igual si se supone que tenemos los mismos derechos?
      Es cierto que en las últimas décadas se ha avanzado mucho en todo lo referente a los derechos de las mujeres, aunque aún queda mucho camino por recorrer. Todos estos logros han sido en materia de derechos, de libertades o de oportunidades, es decir en el terreno de lo social. Sin embargo en otros terrenos se ha avanzado poco o nada y en otros incluso ha habido retrocesos.
      Aunque se han dado logros en el terreno social, aún quedan muchas cosas por hacer en el terreno de lo íntimo. Hoy en día muchas mujeres no se sienten libres para expresar sus deseos públicamente, ya que muchas veces se les considera “ligera”, “suelta” por no decir otros adjetivos que suenan mucho peor.
      Esto desde luego no sucede con los chicos. Ellos pueden hablar de la masturbación de manera libre, incluso alardear de ella; pueden hablar de sus líos con otras personas y lejos de ir “degradándose” esto les hace más “machotes” a los ojos de los demás. En este terreno las cosas apenas han cambiado. Las mujeres siguen siendo juzgadas de manera negativa por todas estas cosas por una gran cantidad de hombres, pero también por una gran cantidad de mujeres. Quizá el primer paso sea que las mujeres dejen de criticar a otras mujeres y cierren filas para “proteger” a un montón de chicas a las que se le “da caña” de manera totalmente injusta.

      ¿Por qué la religión y la cultura influyen en la sexualidad de las personas? Lo cierto es que no puede ser de otro modo. Somos sujetos sexuados y por ellos tenemos sexualidad pero también somos sujetos sociales. Todas las religiones se enmarcan en una cultura, las unas no tienen sentido sin las otras y todas las religiones dicen de manera más o menos clara cómo nos tenemos que comportar hombres y mujeres, no sólo en el ámbito de lo público, sino también en el ámbito de lo privado. La sexualidad no son aquellas conductas que llevamos a cabo con nuestros genitales o con los genitales de alguien. Más bien son las características de alguien como hombre o como mujer. Tiene que ver con la gestión de lo femenino o de lo masculino, con los roles sexuales, con la manera en la que nos relacionamos con otras personas que también están sexuadas. Muchos de estos aspectos están totalmente condicionados por la sociedad en la que vivimos. No es lo mismo ser mujer aquí que en Afganistán y desde luego no es lo mismo ser mujer hoy que hace 200 años. Como decía, no se puede entender la sexualidad de una persona desvinculándola de la sociedad en la que vive, por lo que todos los avances sociales, tienen una repercusión en la vivencia de la sexualidad de las personas.

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