—Lo que te digo es que no se puede expulsar a estos alumnos, a Daniel Briñas y a Carmelo Miranda.
—¿Ni por cuatro días que quedan hasta que acabe el curso?
—No.
—¿Y por qué no? ¿Porque lo dices tú? — el tono autoritario de Areta despertó un resorte de insolencia en mi réplica.
— No, es una cuestión de forma. El expediente de expulsión, que hemos recibido, está mal hecho porque no ofrece garantías de imparcialidad. Se tiene que nombrar un instructor, un profesor que haga las veces de procurador, que reúna todos los informes alrededor del caso de un modo neutral.
— Pero, vamos a ver— mi tono ya no sonaba insolente sino impaciente —, no hay ninguna duda de que fueron ellos los que robaron en el instituto y que pegaron de ese modo tan brutal a sus compañeros. Ellos mismos han reconocido que lo hicieron.
—Sí, pero eso no son formas de hacer las cosas. El procedimiento es como es y tú no lo vas a cambiar.
— O sea que me quieres decir que si no se hacen así, como tú dices, no se puede expulsar a estos alumnos. Es una trampa burocrática.
— No, es más: tienes que readmitirlos para mañana mismo. Me estaba empezando a desesperar.
— ¿Que tengo que readmitirlos mañana mismo?
— Así es. Sus padres han llamado a Delegación y han dicho que no es normal lo que estás haciendo a sus hijos.
Yo no podía dar crédito a lo que estaba oyendo.
— ¿Y tú te pones del lugar de los padres?
— No, yo me pongo en lugar de las leyes.
— ¡Pero qué leyes son esas que permiten la impunidad de esos alumnos! — sin darme cuenta había subido el tono de voz, casi estaba gritando, me estaba poniendo fuera de mí—. Si no castigamos a esos alumnos va a parecer que todo el mundo en este instituto puede hacer lo que le dé la gana. El resto de los alumnos van a creer que aquí impera la ley de la selva, que cualquiera puede entrar a robar al instituto y destrozar todo, dar una paliza de muerte a unos compañeros y no recibir ninguna sanción. Eso no lo entendería nadie.
— Tal vez haya que buscar otro castigo que no sea la expulsión. P. 220, 221
Alfredo, el de interculturalidad, había pensado en confeccionar un periódico del instituto que se iba a titular “La Patata Caliente”. Yo me lo imaginaba ya con los titulares y las observaciones:
Asalto en el aula de informática del instituto. Serios destrozos y varios aparatos desaparecidos. (Se está investigando la autoría). Se produce una pelea entre dos alumnos de 2ºC, solo heridas leves. (Son llevados al Consejo de Convivencia) Expulsado un alumno en 4º C y otro del Aula Especial (esto casi no es noticia). La bibliotecaria denuncia que han desaparecido dos libros de la biblioteca. (Sorprendente. Se puede pensar en estimular una campaña de robos para incitar a la lectura). La profesora de lenguaje de signos falta porque se ha quedado afónica (ha mandado una nota con un mensajero). El profesor de Educación Física va a faltar al menos tres semanas porque tiene lumbago ( es la tercera vez que coge baja a lo largo del curso). Llega un nuevo alumno extranjero al centro (esto no es noticia). Es pakistaní (aquí está la noticia). (Habrá que comprar diccionarios de urdu). Una alumna de Burkina Fasso de 14 años afirma estar embarazada. (Impublicable por ahora). La alumna Elsa Basabe intoxicada intencionadamente por un compañero (Se está investigando) Desmentido el rumor de que se vayan a entregar condones gratis a los alumnos (¿censurar?) Dos alumnos del centro agredidos en un supuesto ataque racista. (Quitar la expresión racista o supuesto) El equipo de fútbol del centro golea al Najerense 3-0 (meter foto) Los alumnos de enología realizan prácticas en las bodegas de Heredad de Bilibio (Publicidad indirecta y gratuita. Pensar en introducir publicidad pagada. Fin de notas de prensa) p. 161
1 comentario en “Nos hacemos pira?. Expulsiones y sanciones. ¿Se puede intervenir en la organización escolar? Aprender a ser responsables”