Reflexión del autor, Manuel Septien

El título de la nube9 es suficientemente explícito como dar para pistas sobre el enfoque que va a tener en contenido de este tema. Desde el principio las alumnas y alumnos que lo han propuesto muestran la necesidad de una formación sexual por parte del sistema educativo y manifiestan su preocupación porque no se enseña bien en el aula enseña bien se aprende mal con las compañeras y los compañeros.
Según las quejas de responsables de educación sexual «Hay mucha información y muy poca formación». “La educación sexual no se encuentra dentro del curriculum escolar «, denuncia Raquel Hurtado, sexóloga y psicóloga de la Federación de Planificación Familiar Estatal (FPFE).
¿Qué educación sexual se está dando en el colegio a niños, niñas y jóvenes? Oficialmente, ninguna. Dicen los educadores que «transversalmente» se tocan nociones de afectividad y sexología en las asignaturas de Conocimiento del Medio en la etapa Primaria, y en Educación para la Ciudadanía, Ciencias Naturales y Biología en Secundaria.
La etapa de Educación Primaria establece para el área de ‘Conocimiento del medio natural social y cultural’ algunos conceptos como las partes del cuerpo (características, partes, aceptación de las diferencias posibilidades y limitaciones, morfología externa del cuerpo y los cambios vitales) en los dos primeros ciclos, y la reproducción en el tercero. Por otro lado, en la época de secundaria (ESO) se incluye en el tercer curso, y en la materia de Biología y Geología, los siguientes contenidos: la reproducción humana y el ciclo menstrual.
Por tanto, ¿qué educación sexual se está dando en los centros educativos? Lo que se hace es que cada centro interesado en el tema llama a instituciones o entidades para que vayan a dar un curso o pequeñas charlas de formación.

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«Normalmente, esto ocurre cuando pasa algo, por ejemplo que una chica se haya quedado embarazada. Chicos y chicas que salen de la escolarización obligatoria tendrían que salir con educación sexual pero, como se considera ‘transversal’, la realidad es que es de todos los agentes pero también de nadie. Es decir, ¡la casa sin barrer!», explica. Además, apunta que falta educación desde la base: «En las familias se habla cuando no queda más remedio, pero en los colegios se actúa de manera parecida». Comenta un educador de Madrid, pero su comentario se podría poner en boca de otro educador de cualquier otra comunidad autónoma.

La LOGSE de 1990 incluía la educación sexual dentro de ‘Educación para la salud’, que era una asignatura transversal. Había contenidos específicos, sin embargo, acababa estando a merced de la voluntariedad de cada profesor y de los criterios de cada centro,
Con la LOE de 2006, se proponían competencias básicas que capacitaran al alumno para la vida en sociedad, aunque la ley no incluía contenidos específicos. Por último, la reciente LOMCE de 2012, elimina por completo cualquier rastro de la educación sexual en las aulas. Y esto es así en todas las comunidades autónomas. Ninguna tiene ley alguna de educación sexual, aclara.
Y sin embargo, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) dice que todas las personas deben tener acceso a una educación sexual de calidad. Y así lo es en las aulas de la mayoría de países europeos. Menos en España que en este tema también es diferente.

Gran parte del profesorado implicado en la formación integral de sus alumnos y alumnas intenta, cuando tratan de estos temas, no reducir todo a la información sexual, sino que pretenden darle un enfoque a la vez afectivo. Sin embargo, el hecho de que no haya unos contenidos prefijados puede provocar diferentes enfoques, incluso contradicciones entre las distintas informaciones dentro de un mismo centro escolar.
La lectura de alguna noticia o de algún texto, o el visionado de algún documental o película en las sesiones de tutoría pueden ser útiles para crear un clima de sinceridad y de confianza propicio para hablar de los temas relacionados con la sexualidad sobre los que el alumnado no se atreve a preguntar.
En “Nubes de tiza” se describen unas relaciones de pareja entre Elisa y Andrey que no se dan habitualmente, pero que podrían servir de referencia para introducir una discusión serena sobre la afectividad relacionada con el sexo: “Elsa le había insistido en que las relaciones sexuales tenían que hacerse respetando los deseos del otro y, sobre todo, tomando todo tipo de precauciones para que no se quedara embarazada. Debían usar condones siempre y tener mucho cuidado de que no se rompieran”.
Por experiencia sabemos que cualquier referencia en el aula al uso del condón suele suscitar sonrisas reprimidas o comentarios más o menos desafortunados que pueden alterar el orden en la clase. Pues la desinformación, el miedo, los tabúes y las presiones sociales siguen constantes. Los roles de género siguen estando muy presentes, a veces de manera tradicional y visible, y otras muchas, bajo una falsa imagen de igualdad.
Ante esta situación el papel de los docentes no es fácil pues, por una parte no está claro quién tiene que hablar sobre el tema de la sexualidad y por otra, qué es lo qué tiene que explicar. Sin embargo en todos los foros que se trata del tema siempre se acaba proclamando, de una manera vaga y genérica, que “eso” se tiene que explicar en la escuela.
Lo que se hace es que cada centro interesado en el tema llama a instituciones o entidades para que vayan a dar un curso o pequeñas charlas de formación. Especialmente si ha ocurrido algo anormal, por ejemplo, que una alumna se haya quedado embarazada
Por si estuviera poco clara la situación en no pocos centros educativos, principalmente los de carácter confesional, el ideario del centro no contempla este tipo de contenidos entre los que se tienen que impartir en sus aulas y, si se explica, en determinados aspectos, podría entrar en contradicción con esos ideales.
De todo lo expuesto, se deduce que se necesita, un sistema que incluya contenidos específicos y donde estén además implicados todos los agentes (alumnado, padres y madres, profesorado y demás profesionales de los servicios de salud) y que se establezcan de manera nítida los protocolos sobre cuándo (en que curso y en que etapa) quiénes (la tutoría, profesorado de determinada asignatura, agente externo…) y qué contenidos en cada caso se tienen que impartir.
Por último cabe decir que se necesitan centros de atención de asesoramiento para jóvenes, servicios de referencia donde poder acudir a resolver todas las dudas y problemas relacionados con el sexo y las relaciones afectivo─sexuales.
En 12nubes, afortunadamente, contamos con la colaboración de uno de estos centros, “Asexoría” que nos puede informar sobre sus cometidos y las circunstancias en las que se desenvuelve su labor y que se puede leer en la reflexión que aparece a continuación.
Gracias. 12Nubes.

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