Se hace evidente que las relaciones interpersonales tienen una importancia determinante en la etapa adolescente y afectan a los estados de ánimo de sus protagonistas de manera que pueden afectar no solo al rendimiento académico sino también a determinadas conductas que, vistas desde fuera, pueden parecer inexplicables.
Una parte muy importante del tiempo de las y los adolescentes transcurre adquiriendo conocimientos académicos y otra, imperceptible e incontrolada, pasa aprendiendo destrezas en las relaciones personales en las que la búsqueda de afectividad fuera de la familia y de una manera autónoma, se realiza de un modo espontáneo e intuitivo por medio de la prueba y error dando lugar a veces a resultados descorazonadores.
En Nubes de tiza leemos que a “Andrey le gustaba Elsa”, pero ésta salía con otro compañero de clase. A lo largo de la novela se comprueba que el tema de las relaciones personales, la cuadrilla, el primer amor, se superpone como preocupación a todas las demás e interfiere en la vida académica y en el estado de ánimo de los personajes pudiendo a llegar a crearle problemas a quienes no saben cómo encontrar solución
¿Quiénes pueden ayudar a estos jóvenes en el trance de decidir sobre sus relaciones personales? ¿Dónde se orienta en temas de afectividad y de control de las emociones? Desde luego, como dice el subtitulo de la Nube, si este aprendizaje se realiza en el centro escolar este es a partir de las experiencias de las propias compañeras y compañeros del que obtiene el adolescente de la experiencia que va extrayendo de las vivencias personales.
A la hora de buscar modelos en los que poder reflejar su situación se encuentran, casi sin querer, con espejismos y estereotipos que proporciona el cine (americano) o la televisión que resultan cercanos y paralelos por la franja de edad de los protagonistas, pero que pueden resultar falsos y engañosos teniendo en cuenta que se desenvuelven entre estereotipos de personajes de una sociedad diferente.
Otra fuente de información pueden ser determinadas novelas de adolescentes y las (cada vez más frecuentes) guías de autoayuda que tienen como virtud el estímulo a la lectura que pueden suscitar el reclamo de sus temas, pero suelen resultar inútiles y lejanos de los intereses reales y personales del posible (e improbable) lector.
Al final el recurso más usual es el más accesible y cercano y en la mayoría de los casos son los consejos del amigo o amiga íntimos, o en el ámbito familiar los consejos de alguna hermana o hermano mayor y que, se supone, que ha pasado por una experiencia similar.
En algunos casos, como ocurre en Nubes de tiza, se recurre a los orientadores o a las orientadoras y, quizás, al tutor o la tutora en casos puntuales de cercanía y confianza que se dan muy raramente. Y, efectivamente, aunque no se pida de una manera puntual sería un tema sobre el que habría que intentar hablar más y con más claridad. En el apartado de materiales hay sugerencias de películas y textos que pueden servir como pretexto para tratarlos.