Reflexión del Autor, Manuel Septien.

La frase “esos extranjeros que”, propuesta por el equipo 12Nubes para tratar el tema de la llegada del alumnado inmigrante puede tener muchos finales diferentes y completamente contrapuestos, desde el de “…que enriquecen la sociedad y vienen a hacer lo que no quieren hacer las personas de aquí”, hasta el tópico de “…que viene a quitarnos el trabajo”. Y entre medio una variedad enorme de valoraciones, distintas en cada hablante, pero que, en la mayor parte de los casos, llevan implícito un cierto temor ante la llegada de lo nuevo.

Llevamos ya unos años desde que se inició el fenómeno de la aparición del alumnado inmigrante en nuestras aulas y se empezaran a definir las pautas que nos ayudarían a realizar su integración dentro de los centros escolares. Pero ha pasado el tiempo y el tema de la inmigración (llámese interculturalidad o multiculturalidad, o de otro modo) sigue suscitando debates, congresos y literatura sin que parezca que vaya a encontrarse una respuesta única y satisfactoria para todos los sectores implicados.

Mientras tanto, el profesorado implicado tiene que seguir con sus empeños diarios y conseguir los objetivos pedagógicos con “los de aquí” y con los “llegados de fuera”, a veces con los mismos recursos, pero siempre con la certeza de que estos van a ser más diversos y complejos.

En conjunto, todos los alumnos y alumnas tienen en común, además de la edad, el hecho de que deben de seguir, independientemente de los centros o de sus orígenes sociales o geográficos, el mismo currículo escolar. La escuela tiene que facilitar que se cumplan los objetivos pedagógicos marcados por las Leyes educativas y, siendo éstos iguales para todos/as, debe suplir las diferencias educativas y culturales proporcionando los recursos adecuados.

La llegada de alumnado de procedencias distintas, al que hay que integrar en el sistema educativo con sus lenguas, niveles y culturas diferentes ha supuesto un reto y ha añadido complejidad a la tarea de las personas educadoras, pues se supone que esta integración se debe hacer sin que suponga una rémora para el resto de las alumnas y de los alumnos.

En el texto de “Nubes de tiza” se vislumbra esta complejidad en la descripción de la llegada de Andrey, desde la remota Siberia, a un aula de secundaria sin conocer una palabra de español. Se intuye la sorpresa de sus compañeros, la mayor parte llegados, ellos también, desde distintas partes del mundo.

La mirada de Fátima, una saharaui sin nacionalidad definida, muestra, a la vez que su sorpresa, el contraste de culturas entre muchos de estos alumnos arrastrados por el viento de la globalización. El centro al que han ido a parar, dirigidos por la Administración educativa, va a ser durante esos años de adolescencia, una de las referencias más importantes de sus vidas y el lugar donde van a compartir el proceso de desarrollo intelectual y vital.

Jennifer López encarna a la cantidad de alumnos sudamericanos que, a pesar de compartir la lengua de aprendizaje, el español, y una cultura aparentemente cercana (y tal vez precisamente por eso), va a encontrar tantas dificultades como los alumnos llegados de otras partes del mundo donde se hablan otras lenguas.

La madre de Andrey que tiene que ir a hacer “los papeles” representa las trabas burocráticas y dificultades administrativas a las que deben hacer frente las personas inmigrantes, a veces con la incomprensión o ante las miradas xenófobas de parte de la población autóctona.

La escuela, los centros educativos, el sistema educativo en su conjunto debe ser el espacio en el que formar al alumnado, además de para cumplir el currículo, para prevenir las actitudes racistas.

El debate sigue sobre el modo de mejorar el sistema educativo y cómo transformar en un hecho positivo la llegada de nuevos alumnos con otras culturas y con otras lenguas. Cierto es que se han creado instrumentos y procedimientos pedagógicos para potenciar este proceso de integración. Sin embargo, con una simple observación de la realidad, comprobamos que el trato igualitario y compensatorio que debería de proporcionar la institución escolar en todos los casos por igual, no se cumple siempre ni de la misma manera.

A la diferencia de recursos y a la diferente extracción social del alumnado se une la desigual concentración de alumnado de origen inmigrante entre unos centros y otros lo que tiene como consecuencia la aparición de enormes diferencias entre ellos.

En 12Nubes estamos inmersos en el debate e intentamos aportar nuestras contribuciones en la opinión de que la aparición de hablantes de nuevas lenguas y miembros de nuevas culturas puede suponer una oportunidad para el enriquecimiento en el sistema educativo y para la prevención de conflictos de tipo xenófobo y creemos que la escuela es el lugar idóneo para ello.

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Un comentario

  1. Yo soy de Peru estoy en una clase de mucha gente de fuera del pais, Pakistan, Argelia, Marruecos, Nigeria,…. y tiene sus cosas buenas porque puedes aprender de sus culturas . Algunos se meten con otros porque no saben el idioma y me parece mal que se burlen, deberiamos ayudarle.

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