Nube 2

Esos extranjeros que… (lo que algunas personas llaman el problema de los inmigrantes y otros interculturalidad)

Cambio de Trozos por Cuarzo Posse

Frontera de Ignorantes por Monkey

Andrey Kountzakov había aparecido en el instituto como si lo hubiera arrastrado hasta allí una tormenta de nieve. Llegó de una remota ciudad de Siberia acompañado de su madre, que hablaba inglés con un acento triste. Él no hablaba ni una palabra de castellano. Los dos formaban una pareja como salida de un libro de etnografía, encarnando el paradigma de la raza eslava. Muy rubios, de tez muy blanca, llevaban unas prendas que se habían debido de quedar pasadas de moda diez años atrás.

A la hora de cumplimentar la matrícula tuvimos que recurrir a la alumna Alina Kusnikova, de segundo de la ESO, para que nos sirviera de intérprete. Sin dudar lo incorporamos al aula de acogida, la clase en donde se procedía a la inmersión lingüística de los recién llegados. Siempre me parecía que lo de “inmersión” era una especie de bautismo en un río de palabras desconocidas que te llevaban a una vida nueva.

Aquel año llegaban dos o tres alumnos extranjeros al mes y teníamos que derivarlos a las aulas normales con urgencia, sin completar toda su formación en español.

Nubes de tiza pag. 87

Fátima llevaba hijad y resaltaba el borde de los ojos con unas negras rayas de kool. Tenía once hermanos, pero cinco eran de otro padre que había sido pastor de camellos y un día había desaparecido en el desierto. Su padre la obligaba a llevar el hijad, pero ella decía que no le importaba llevarlo, excepto porque no podía lucir su hermosa melena negra. Todas las mañanas se probaba distintos peinados aunque luego los ocultaba bajo el pañuelo.

Jennifer López llevaba el pelo con rastas, era mulata y muy guapa. Cada varias semanas cambiaba de novio y todos los de clase se peleaban por sentarse a su lado. Su padre vivía en Cali y estaba divorciado de su madre. (Luego durante el curso le dirían que había muerto pero a ella no le afectó mucho pues apenas se acordaba de él). Vivía con su madre, una tía y con unos primos (nunca especificaba el número porque variaba). Le gustaba mucho el inglés y cuando acabara quería irse a Estados Unidos, donde tenía unos tíos.

Nubes de tiza pag. 98

Desde la cocina, a la hora de desayunar se le abrió otro diálogo y no era on-line. Era la voz de su madre que le recordaba la importante cita que tenían concertada en Extranjería.

— Andrey no olvides que tenemos que ir a renovar los papeles.

Andrey sabía que no podía faltar a esa cita de ninguna manera. Debía de acompañar a su madre y ayudarla como traductor en sus gestiones.

Nubes de tiza pag. 235

Reflexión de las jóvenes

» A mi siempre me ha dado miedo ser diferente, lo que te hace estar siempre alerta» Amina (Mauritania)

«Me da miedo decir de donde soy porque la gente tiene mala imagen de mi país» Imane (Marruecos).

«El primer día que llegas te acercas a los que son de tu mismo país o cultura porque piensas que son iguales que tú, con el tiempo te das cuenta que las personas más diferentes a ti pueden ser las que mejor te entienden»

La amistad no entiende de inmigración.

Reflexión del Autor, Manuel Septien.

La frase “esos extranjeros que”, propuesta por el equipo 12Nubes para tratar el tema de la llegada del alumnado inmigrante puede tener muchos finales diferentes y completamente contrapuestos, desde el de “…que enriquecen la sociedad y vienen a hacer lo que no quieren hacer las personas de aquí”, hasta el tópico de “…que viene a quitarnos el trabajo”. Y entre medio una variedad enorme de valoraciones, distintas en cada hablante, pero que, en la mayor parte de los casos, llevan implícito un cierto temor ante la llegada de lo nuevo.

Llevamos ya unos años desde que se inició el fenómeno de la aparición del alumnado inmigrante en nuestras aulas y se empezaran a definir las pautas que nos ayudarían a realizar su integración dentro de los centros escolares. Pero ha pasado el tiempo y el tema de la inmigración (llámese interculturalidad o multiculturalidad, o de otro modo) sigue suscitando debates, congresos y literatura sin que parezca que vaya a encontrarse una respuesta única y satisfactoria para todos los sectores implicados.

Mientras tanto, el profesorado implicado tiene que seguir con sus empeños diarios y conseguir los objetivos pedagógicos con “los de aquí” y con los “llegados de fuera”, a veces con los mismos recursos, pero siempre con la certeza de que estos van a ser más diversos y complejos.

En conjunto, todos los alumnos y alumnas tienen en común, además de la edad, el hecho de que deben de seguir, independientemente de los centros o de sus orígenes sociales o geográficos, el mismo currículo escolar. La escuela tiene que facilitar que se cumplan los objetivos pedagógicos marcados por las Leyes educativas y, siendo éstos iguales para todos/as, debe suplir las diferencias educativas y culturales proporcionando los recursos adecuados.

La llegada de alumnado de procedencias distintas, al que hay que integrar en el sistema educativo con sus lenguas, niveles y culturas diferentes ha supuesto un reto y ha añadido complejidad a la tarea de las personas educadoras, pues se supone que esta integración se debe hacer sin que suponga una rémora para el resto de las alumnas y de los alumnos.

En el texto de “Nubes de tiza” se vislumbra esta complejidad en la descripción de la llegada de Andrey, desde la remota Siberia, a un aula de secundaria sin conocer una palabra de español. Se intuye la sorpresa de sus compañeros, la mayor parte llegados, ellos también, desde distintas partes del mundo.

La mirada de Fátima, una saharaui sin nacionalidad definida, muestra, a la vez que su sorpresa, el contraste de culturas entre muchos de estos alumnos arrastrados por el viento de la globalización. El centro al que han ido a parar, dirigidos por la Administración educativa, va a ser durante esos años de adolescencia, una de las referencias más importantes de sus vidas y el lugar donde van a compartir el proceso de desarrollo intelectual y vital.

Jennifer López encarna a la cantidad de alumnos sudamericanos que, a pesar de compartir la lengua de aprendizaje, el español, y una cultura aparentemente cercana (y tal vez precisamente por eso), va a encontrar tantas dificultades como los alumnos llegados de otras partes del mundo donde se hablan otras lenguas.

La madre de Andrey que tiene que ir a hacer “los papeles” representa las trabas burocráticas y dificultades administrativas a las que deben hacer frente las personas inmigrantes, a veces con la incomprensión o ante las miradas xenófobas de parte de la población autóctona.

La escuela, los centros educativos, el sistema educativo en su conjunto debe ser el espacio en el que formar al alumnado, además de para cumplir el currículo, para prevenir las actitudes racistas.

El debate sigue sobre el modo de mejorar el sistema educativo y cómo transformar en un hecho positivo la llegada de nuevos alumnos con otras culturas y con otras lenguas. Cierto es que se han creado instrumentos y procedimientos pedagógicos para potenciar este proceso de integración. Sin embargo, con una simple observación de la realidad, comprobamos que el trato igualitario y compensatorio que debería de proporcionar la institución escolar en todos los casos por igual, no se cumple siempre ni de la misma manera.

A la diferencia de recursos y a la diferente extracción social del alumnado se une la desigual concentración de alumnado de origen inmigrante entre unos centros y otros lo que tiene como consecuencia la aparición de enormes diferencias entre ellos.

En 12Nubes estamos inmersos en el debate e intentamos aportar nuestras contribuciones en la opinión de que la aparición de hablantes de nuevas lenguas y miembros de nuevas culturas puede suponer una oportunidad para el enriquecimiento en el sistema educativo y para la prevención de conflictos de tipo xenófobo y creemos que la escuela es el lugar idóneo para ello.

Reflexión de la experta, Estitxu Pereda

Más que una reflexión en solitario y una propuesta de definiciones y conceptos sobre la temática de esta nube, se me plantean una serie de preguntas que me gustaría compartir. ¿Por qué a algunas personas se las define como extranjeras y, en cambio, otras son inmigrantes? ¿Por qué se habla de la integración de las personas inmigrantes evitando cualquier responsabilidad en ese proceso conjunto de construir una sociedad que nos implique a todas y todos? ¿Son acaso las personas inmigrantes quienes han de hacer el trabajo de adaptación en solitario? ¿Por qué nos referimos a nuestra cultura (“es nuestra cultura”) como si fuera una única, homogénea e inamovible? ¿Acaso no somos las personas “de aquí” diversas y diferentes? ¿Cuánto tiempo ha de pasar “para ser de aquí”? ¿Hasta cuándo se es inmigrante? Si has nacido aquí, ¿por qué te llaman “segunda generación”? Yo también soy de aquí y no soy “segunda de nada”. ¿Por qué una persona no puede sentirse varias cosas a la vez? ¿Se puede ser saharaui y vitoriana en la misma proporción? ¿Es antagonista ser musulmana y vasca? Si nací en Vitoria, ¿por qué siempre me preguntan de dónde soy si yo nunca he estado en el país de mis padres?